Nota inspirada en las charlas ofrecidas por el maestro Goenkaji durante los diez días correspondientes al curso de Vipasana realizado en San Antonio de Los Altos, Venezuela. (diciembre 97 - enero 98)

José Mijares


Hace 25 siglos El Principe Sidaharta Gotama, Buda descubrió la técnica para liberarse a sí mismo y con él, a la humanidad, de la raíz del sufrimiento. Esta herramienta llamada Vipasana persigue erradicar a través del empleo de la respiración las impurezas de la mente. El método empleado por Buda para alcanzar ese fín se vale de las sensaciones

como vehículo para observar la naturaleza de los cambios que ocurren dentro de los seres humanos. Su significado esencial en la lengua de Buda, el Pali, quiere decir: visión clara o visión cabal.Esta discíplina permite ver las cosas como son y no como aparentan ser. En virtud de desplegar sus alcances; es primordial el respeto a ciertos principios de carácter universal, convenidos por todos los seres humanos y cuya finalidad es preservar la integridad y la pureza en la práctica para lograr el propósito correcto. Estos preceptos son: no matar, no robar, no mentir, practicar el sexo consciente y no intoxicarse. Todos ellos están contenidos en el marco de la moralidad conocido como Sila. Igualmente, antes de profundizar en la meditación Vipasana se aprende una técnica de concentración de la mente a través de la respiración que procura disciplínarla llamada Samadhi. Este paso es imprescíndible para pasar al tercero y más importante aspecto de la práctica llamado : Paña o “La purificación de la mente” .

A ésta altura que comienza la indagación en la relación entre mente y materia, experimentada directamente por Gautama, Buda, corroborada exhaustivamente por la ciencia y cuyas consecuencias conllevan inexorablemente el término del sufrimiento.

Entonces, el meditador comienza a experimentar directamente con la verdad a través de la observación consciente de las sensaciones, sus propios cambios interiores. Durante la meditación Vipasana, las sensaciones agradables o desagradables son observadas desde una mente ecuánime.

En la medida que surgen, asímismo desaparecen como parte del flujo impermanente de la vida. La impermanencia, Anicca es la naturaleza de la materia creada por la mente que tarde o temprano cambia.

Los Ojos de la Mente

Al discíplinar la mente, se trabaja en la ecuanimidad, y a partir de ella, comienza el proceso de purificación, la razón primordial para la erradicación de la desdicha.

La práctica de la Vipasana no establece diferencias. Cualquiera puede efectuarla, sin distingos de credo, raza o religión. Sencillamente, la técnica puede aprenderla todo mortal que aspire vivir en paz y armonía consigo mismo y en consecuencia con la naturaleza.

Se dice que quien conoce “El Arte de Vivir” , también sabe el “Arte de Morir” . Porque quien aprende a vivir conscientemente logra liberarse de las negatividades de la mente que impiden ver la muerte con claridad, plenitud y paz. De acuerdo con el budismo la vida y la muerte son parte del mismo tránsito por la impermanencia. El deseo, el temor o la ira son reacciones pasajeras como las sensaciones que las suscitan. Por ello, mientras se trabaje en el propósito correcto, consciente de lo transitorio de estos estados, es posible superarlos hasta erradicarlos.

En el proceso de la sabiduría por la experiencia directa con la verdad como acontece con la Vipasana, la mente adquiere una agudeza y una sensibilidad descónocida, producto del entrenamiento al desembarazarse de las impurezas. El conocimiento a traves de lo leido o escuchado ( suta-maya pañña) puede ser beneficioso, pero permanece en la superficie; al igual que aquel, resultante de la reflexión y la interpretación racional (cinta-maya pañña) Mas allá del mundo de las apariencias o juegos intelectuales, es necesaria la experiencia directa (Bavana- maya Pañña) para contactar la sabiduría que subyace en el interior de cada ser humano.



Samskaras

En la epidermis de la mente surgen samskaras (reacciones) constantemente como, consecuencia de sensaciones agradables y desagradables; deseos o aversiones. Cuando la mente se habitúa a reaccionar ante ellas, entra en una vorágine de desdicha y así continua hasta que consiga liberarse de ésta costumbre.

Los samskaras arraigados se encuentran en el inconsciente, donde permanecen alojados por muchas vidas y por causa de la ignorancia multiplican la desdicha. Estas reacciones son de codicia (deseo) o aversión (ira). Sin saber, a lo largo de la vida, aprendemos a reaccionar ante cualquier sensación y cuando ésto ocurre, comenzamos a separarnos de las leyes de la naturaleza ( Damma. )

La única manera de salir de la desdicha es a partir de la observación ecuanime de las sensaciones. Cuando se arroja un trompo. Se hace girar la cuerda y el trompo se detiene por inercia cuando no hay más impulso. De igual forma, este fenómeno acontece cuando se observan las sensaciones con ecuanimidad; sin reaccionar ante ellas, comienzan a desaparecer, su naturaleza es impermanente. Entonces, puede decirse que la mente comienza a purificarse no sólo de las negatividades que abundan en la superficie si no de aquellas que están alojadas en lo más profundo del inconsciente y que corresponden a samskaras alojados de otras vidas. Buda examinó la naturaleza de las sensaciones y conclusión que están relacionadas con los cuatro elementos. Las sensaciones burdas de pesadez son de tierra, las de temperatura de fuego, las de aire de movimiento y las de agua de unión o separación

Aquel investigador de las profundidades de la mente, llamó a las particulas más pequeñas del universo subatómico “Kalapas”. Toda la materia que conocemos está formada por estas partículas, atomos en permanente disolución como las sensaciones en la mente y los elementos en la materia.

El cuerpo físico require alimento para sobrevivir. La mente también “necesita” el alimento de las sensaciones para manifestarse. Cuando logra disciplinarse, la mente escogerá el alimento a partir de la sémilla que dé frutos de felicidad y no de aquellas de donde recoja desdicha y más desdicha; sin advertir por ignorancia (mosha) que la causa de todo el sufrimiento está dentro de nosotros mismos.

Al cambiar el patrón de la mente se ingresa en una dimensión de paz verdadera, armonía verdadera, felicidad verdadera. Sólo a partir de la experiencia directa es posible contactar este ámbito descónocido de la existencia.

Toda la vida fuimos enseñados a vivir volcados hacia afuera. Deseo, ira, temor, pereza, duda, nos vienen acompañando desde el momento que nos creimos en pleno “uso de razón” . Mas las impurezas o negatividades de la mente continuaron manifestándose y con ellas, la desdicha una y otra vez.

Quizas sea tiempo de ensayar una via hacia la erradicación del sufrimiento. Es muy posible que algunos lleguen a esa verdad, repitiendo las mismas equivocaciones. Tal vez haya otros para quienes sencillamente no exista vuelta atrás. Como quiera que se vea, lo único contundentemente veraz es que hoy estamos aquí, mañana lo ignoramos.

La meditación Vipasana disciplina la mente para observarla y en esa medida, los recuerdos y las proyecciones serán estados de consciencia efímeros cuya influencia, muchas veces generadora de ansiedad, será cada vez menos relevante.

En contraste el presente será experimentado con intencidad. Porque en esos instantes en que el aire entra y sale de nuestro cuerpo, es cuando la mente se expande y el tiempo, ese invento de los relójeros, será cada vez más precioso a la hora de iniciarse en el viaje más allá de aversiones o deseos.


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