"Los Pobres Hacen los Ricos"
Miranda no se dejaría atrapar
tan facilmente.
Desde
este momento comenzaría su infatigable labor
para ganarse la confianza de sus aliados y futuros
acólitos en el mundo. La iniciaría por
la flamante nueva república emancipada de los
ingleses. En la carta que envió a Cajigal,
Miranda razonó vehementemente su decisión
de viajar a norteamérica y hacer sus planes
para desde allí seguir luego hacia Europa.
“Ahora mis enemigos son
mis jueces y es irrazonable esperar de ellos justicia,
por esto mi viaje no es por miedo, sino una medida
indispensable de precaución. ”
Gracias a los oficios de su comandante y amigo, Juan
Manuel Cajigal, Miranda zarpó del puerto de
la Habana, sin despertar sospechas de las autoridades.
Consigo llevaba cartas de recomendación, destinadas
al embajador español y los representantes del
gobierno norteaméricano.
En vísperas de su viaje, al norte se había
firmado el tratado de Versalles entre Inglaterra,
Estados Unidos y los imperios opuestos a la independencia
norteaméricana
Abordo de “El Prudent”, una chalupa empleada
desde la gran Antilla para el contrabando, el aventurero,
atravesó en nueve días, la distancia
entre Cuba y Estados Unidos. En Nueva York, Miranda
fue acogido por las principales autoridades que ignoraban
para aquel entonces, la situación del prófugo
con la justicia española. De cualquier modo,
Miranda pondría a prueba toda su discreción
para evitar que se supiese.
Al cabo de seis meses de permanencia en los Estados
Unidos, Miranda se familiarizó con los representantes
del poder. Conoció a George Washington y Tomas
Jefferson. El interés de ambos por el tema
de la liberación de las colonias sólo
era comparable con la elocuencia del aventurero para
persuadirlos. En Boston, Miranda compartió
con Samuel Adams, jurista, político y futuro
embajador en londres. Adams, no escapó de las
críticas que sobre el incipiente gobierno estadounidense
le hiciera Miranda en ocasión de estrenarse
como editor de su periódico “El Venezolano”.
“-¿Por qué
en norteamérica todo el poder pertenece a la
propiedad? La riqueza manda en su país y no
la virtud. En esta nación los pobres producen
a los ricos.”
Las observaciones de Miranda generaron una estrecha
amistad con Samuel Adams por muchos años. También
John Adams, el segundo Presidente de los Estados Unidos,
se había llevado una grata impresión
sobre el venezolano.
“Miranda sabía
mucho más de cada campaña, combate,
sitio, ataque o escaramuza que hubiera tenido lugar
en tiempo de la guerra de independencia de norteamerica
que cualquier otro oficial de nuestro ejército
o miembro de gobierno de nuestro país. Se ganó
la reputación entre nosotros de conocedor insuperable
del arte de la guerra, de poseedor de una información
clásica y conocimiento universal. se destacó
por su aguda inteligencia, por su inquieta imaginación
e insaciable curiosidad.”
Inteligencia y Curiosidad que lo llevó a calcular
con la ayuda de oficiales del ejercito estadounidense
el costo para armar y aprovisionar el ejército
que habría de liberar su terruño de
los españoles. Miranda estableció una
suma redonda: cuatro millones de dolares. En el plan,
fechado el veinticuatro de noviembre de mil setecientos
ochenta y cuatro, participó el ministro de
la defensa, Henry Knox y varios oficiales del estado
mayor norteámericano.
Sin embargo, Miranda al cabo de seis meses de permanencia
en Los Estados Unidos, consideró que su tiempo
se había agotado sin conseguir los resultados
deseados. Decidió entonces emigrar a Inglaterra,
con miras de persuadir esta vez a los ingleses sobre
sus futuros planes.